
El
suelo es el soporte de las plantas y la fuente de la que obtienen parte de su alimento. Cada especie necesita un
terreno con unas características determinadas, pudiéndose modificar en parte. La selección de las plantas debe hacerse no sólo atendiendo a consideraciones estéticas, sino también teniendo en cuenta su mayor o menor adaptación al sustrato en el que se van a plantar.
El taray es un
árbol que admite suelos
pobres y salinos
Para airear el terreno se
utiliza la pala.
La jara se adapta bien a los terrenos secos de tipo arenoso.